Mantenimiento en sistemas de climatización
La falta de una
cultura de prevención, de cuidado y limpieza, inexperiencia en el
diseño, instalaciones inadecuadas, fallas de mantenimiento, poca o nula
capacitación de los técnicos, la improvisación de oficio y actos
negligentes en sus formas de uso impiden el buen funcionamiento y larga
vida de los sistemas de climatización
El creciente desarrollo de los data centers en México y su
incremento en el consumo energético, plantean un reto importante para
los fabricantes de aire acondicionado, para quienes el mayor desafío es
encontrar soluciones eficientes de enfriamiento en centros de datos de
alta densidad.
Hacer válidas las garantías no sería necesario si se
atendieran de manera oportuna las especificaciones de funcionamiento de
los sistemas de climatización. Después de la pertinencia y exactitud
del diseño de ingeniería, una de las más importantes es proporcionar
servicio de mantenimiento en tiempo y forma. A esto se añade atender
una serie de problemas de índole humana: escasa o nula capacitación de
algunos técnicos, falta de actualización en nuevos procedimientos, así
como eventuales actos de negligencia por parte de empleados que no
saben cómo cuidar los equipos.
Algunos de los problemas más comunes tienen su origen en la
cultura de la no prevención, como lo señala en entrevista José Antonio
Pérez, jefe del Departamento de Supervisión de la empresa Mantenimiento
Total.
“Muchas veces, los propios empleados dañan los equipos, mojan
los motores o los queman. Lo hemos visto durante el servicio de
mantenimiento a cámaras frigoríficas, al revisar rodamientos, bujes y
baleros. En ocasiones, dejan abiertas las puertas o se bloquean por
exceso de hielo, y esto impide la circulación de aire. Particularmente,
en cocinas industriales, donde hay mucho tráfico de personas, los
equipos se ensucian mucho más rápido y, por lo regular, el personal de
cocina no tiene conocimientos básicos para un buen uso del equipo”.
En su opinión, la responsabilidad de proporcionar servicios
de mantenimiento es siempre relativa. “Depende de las personas. Cuando
uno trata con el usuario directo no hay mayor problema porque él sí
cuida los equipos y toma medidas eficientes. En cambio, cuando hemos
tratado con cadenas restauranteras, nos percatamos de que al personal
realmente no le preocupa, hasta dañan el equipo a propósito.
“Hace un par de años estuvimos trabajando con una reconocida
cadena de hamburguesas y de eso nos percatamos, lo cual me hace pensar
que, a manera de inducción, deberían tener una unidad de capacitación a
empleados. Sin embargo, no la hay; es decir, en la realidad nadie sabe
y nadie se mete. No saben nada de nada”.
El mantenimiento a los equipos no se trata de un mero
protocolo entre usuario y fabricante. Todo sistema de calefacción, aire
acondicionado y ventilación está supeditado a revisiones periódicas y a
servicios preventivos, correctivos o predictivos, según sea el caso.
“Con el servicio preventivo se evita que los equipos de aire
acondicionado o refrigeración queden fuera de servicio. Básicamente,
durante nuestra visita revisamos la parte mecánica (motores, aspas,
rodamientos) y la parte eléctrica (elevadores, cableado). En el
correctivo cambiamos algunos repuestos que han concluido su vida útil;
corregimos eso, reparamos y volvemos a poner en marcha los equipos”,
especifica José Antonio Pérez, quien añade: “En un sistema de
climatización, enfriamiento, refrigeración o conservación, uno de los
aspectos que nosotros más cuidamos es evitar un mal funcionamiento de
los ventiladores, ya sean evaporadores o condensadores, porque de ahí se
generan otros problemas, como congelamientos excesivos. Eso es lo que
hay que cuidar: que los motores no estén cerca del rango que sale del
buen funcionamiento. Revisamos los rodamientos y sabemos que la limpieza
de los serpentines e intercambiadores es indispensable”.
Para hacer efectiva una garantía, el experto sugiere
contratar un servicio de mantenimiento al mismo tiempo de la compra del
equipo. “Al final, sale más barato porque no resultan daños severos”.
El número de servicios que se realizará a los sistemas de aire
acondicionado dependerá de dónde estén instalados, de las horas que se
usen a la semana o de si el lugar donde operan es un ambiente crítico,
con mucho polvo, demasiada humedad o sarro, como ocurre en la costa.
Finalmente, dice Antonio Pérez, los manejadores de los
equipos muchas veces son los empleados. “Ellos saben si hubo una
descarga eléctrica o cómo se originó tal o cual problema. Durante
nuestras visitas de inspección verificamos lo que está mal y así es
como detectamos también vicios ocultos que deberemos reparar”.
Alargar la vida útil de los equipos y mantener el mecanismo de
funcionamiento en óptimas condiciones sería lo ideal. “En esto radica la
importancia de realizar constantes servicios de mantenimiento a
equipos de climatización y refrigeración, o a los que presten alguna
función, eléctrica o mecánica. Éste es un punto muy importante; lo
siguiente es obtener el máximo provecho y rendimiento, además de
optimizar los costos de acciones correctivas”, sugiere el ingeniero
Luis Eduardo Roldán, director de Fri-Rold.
“En el caso de sistemas de aire acondicionado, es
imprescindible lograr un clima más saludable. Siempre, en el área del
evaporador se concentran contaminantes, como polvo, y eso se transmite
hacia las áreas por climatizar. Recordemos que hay bacterias que mueren
con la temperatura y otras que se reproducen a temperaturas más altas o
más bajas. En algunas empresas y casas, están optando por instalar
sistemas adicionales para el control de bacterias y hacer el aire más
limpio, como son los ozonificadores. Algunos equipos ya los tienen
integrados”.
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Los filtros de los equipos bacteriológicos deben cambiarse cada cuatro o seis meses |
Respecto del cambio de filtros, la frecuencia de reemplazo
dependerá del tipo de filtros con los que se encuentre trabajando el
sistema. “Hay equipos bacteriológicos en un área nueva y los filtros se
deben cambiar cada cuatro o seis meses; en el caso de que tengan
filtros de malla (únicamente para la retención de partículas),
recomendamos realizar tres mantenimientos por año”.
El ingeniero Roldán señala que no es común que se cambien los
filtros de malla, sólo se lavan. “Los tiempos de mantenimiento
dependen de las áreas donde se encuentran instalados los equipos. Hay
áreas muy limpias donde los primeros mantenimientos se pueden hacer
cada seis meses y los subsecuentes cada año; no olvidar que esto
dependerá de las condiciones en que se vayan encontrando los equipos”.
“Desde luego, el maltrato es algo común. Esto ocurre porque
algunas veces, durante el mantenimiento, los usuarios están presentes y
ven qué se hace y cómo se hace. Nosotros los dejamos; es decir, no se
trata de engañar a nadie, sino de hacer un buen trabajo, y si ellos
están presentes se pueden percatar de la calidad del trabajo. Sin
embargo, en las casas donde se cuenta con servicio doméstico, muchas
veces, por ahorrarse el costo del mantenimiento, ellos mismos indican a
su personal qué hacer: ‘levántale ahí, sácale los filtros, tállale con
una brocha’. En fin… ha ocurrido que compran botes de aire comprimido y
solitos realizan los trabajos”.
Los trabajos de mantenimiento logran que el
equipo se conserve en las mejores condiciones y opere de manera
eficiente durante mucho tiempo
Una vez que se ha recibido un reporte de fallas en la
temperatura y se hace la revisión del equipo, resulta que el personal
encuentra los equipos muy limpios por fuera y totalmente llenos de
polvo en su interior. “Desarmamos y encontramos las turbinas llenas de
polvo. El hecho de que personas no capacitadas quieran o intenten dar
mantenimiento a los equipos es señal segura de avería. Hay bulbos
sensores que en determinado momento hemos visto que los hacen a un lado o
no son limpiados correctamente, y producen una lectura falsa. Ésos son
los resultados: alteración de la temperatura”.
Especialista en el manejo de climatización para edificios,
refrigeración industrial y el área de congelamiento rápido, considera
imprescindible ofrecer capacitación a los responsables del manejo de los
equipos.
“En muchas ocasiones mueven el control y desprograman el
sistema. Y como piensan que realizar una llamada les puede generar
algún costo, no llaman; de esta manera omiten el servicio de
mantenimiento. Siempre explicamos a los usuarios finales cuáles son los
alcances de la garantía, los derechos que tienen al contratar el
servicio de instalación y los costos de mantenimiento, junto con una
carta de entrega, donde especificamos todo por escrito”.
Para el ingeniero Joel Rubio Márquez, de la empresa Diseño
Ingeniería y Mantenimiento Industrial, el mantenimiento preventivo es
fundamental para que los sistemas de climatización trabajen de manera
eficiente. “Estos equipos operan mediante mecanismos de transferencia
de calor, principalmente en los serpentines de evaporación y
condensación. La acumulación de suciedad disminuye significativamente
la transferencia calórica. La limpieza les permite funcionar a su
máxima eficiencia al disminuir el consumo eléctrico”.
Comenta que “dentro del servicio de mantenimiento preventivo
se corrigen fugas de refrigerante en uniones roscadas o válvulas de
servicio. Esta operación es especialmente importante debido a que no
existe ningún refrigerante que no afecte la capa de ozono. Por ello, es
indispensable eliminar las fugas.
“El servicio preventivo ayuda a verificar y corregir,
también, el funcionamiento de controles, elevadores, contactores,
transformadores, y eliminar falsos contactos que disminuyen la vida del
equipo y aumentan el consumo de energía eléctrica. Los trabajos de
mantenimiento eliminan vibraciones, lubrican rodamientos, malos olores,
desinfectan serpentines de evaporación, limpian y destapan los
drenajes y, en general, logran que el equipo se conserve operando
eficientemente durante mucho más tiempo”.
Los periodos de mantenimiento dependen del uso que tengan los equipos
• Aire acondicionado de confort para uso residencial o comercial. Se recomienda darle servicio cada tres meses
• Aire acondicionado para hospitales. Requiere rutinas de mantenimiento mensual, semestral y anual
• Aire acondicionado para sitios de cómputo. Por su uso intensivo requiere mantenimiento mensual
• Cámaras de conservación o congelación. Por su uso intensivo es conveniente hacer mantenimiento mensual
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Que personas no capacitadas hayan dado mantenimiento a los equipos es señal segura de avería |
“En muchas ocasiones, el usuario se queja porque el sistema
trabaja todo el tiempo y no ‘enfría’; entonces, acudimos a revisar los
equipos y los encontramos completamente sucios, con la separación entre
aletas de los serpentines llenas de tierra y el evaporador congelado
por el bajo flujo de aire debido al taponamiento de tierra. Una vez que
se concluye el servicio y con los equipos trabajando a carga plena, el
usuario que se quejaba de que el equipo no enfriaba se muestra
sorprendido de la cantidad de ‘frío’ que está dando”.
El ingeniero Rubio pone énfasis en que el mantenimiento
periódico es fundamental para los equipos que cuentan con bancos de
filtros, ya que al saturarse restringen el flujo de aire al serpentín
de evaporación y, cuando se sobresaturan, pueden llegar arrojar la
suciedad que se supone deben retener.
“Hay que recordar que los filtros retienen desde polvo y
partículas hasta microorganismos, en el caso de los HEPA. Por eso es
importante tomar medidas básicas de seguridad al retirarlos: adicional a
los lentes de seguridad y los guantes, hay que utilizar mascarilla
para polvos finos”.
Por supuesto, existen casos extremos: “Tuvimos oportunidad de
revisar un equipo que tenía el serpentín de evaporación congelado y
presentaba retorno de refrigerante líquido al compresor (en este caso
era scroll); se encontraba convertido en un verdadero bloque de hielo, a
excepción del cabezal. El filtro de bolsa y el filtro HEPA estaban
totalmente bloqueados, por lo que no llegaba suficiente flujo de aire
al serpentín de evaporación. Esto provocó el congelamiento y bloqueó
por completo el flujo de aire, lo cual ocasionó que el refrigerante no
se evaporara y llegara sólo una fracción en estado líquido al
compresor.
“En algunas ocasiones, hemos encontrado equipos minisplit en
edificios de varios pisos que, por limitaciones de distancia, las
condensadoras se instalan en cuartos adaptados mal ventilados, lo cual
provoca que los equipos se protejan por alta presión. El flujo de aire
necesario es del orden de 750 CFM por tonelada de refrigeración. A razón
de esto, ha sido necesario instalar un sistema de ventilación que
proporcione ese flujo de aire.
”Actualmente, comenzamos a ver equipos de volumen de
refrigerante variable (VRV), incluso en sistemas minisplit simples, que
nos permiten tener distancias más largas entre condensador y
evaporador, de hasta 50 metros en la vertical y de más de 100 en la
horizontal. Dichos sistemas ya trabajan con el refrigerante R-410A, el
cual, por su alta presión, debe tener un manejo más cuidadoso, en
especial tener manifold y usar mangueras especificadas para el
refrigerante”.
Tipos de mantenimiento
El ingeniero Rodrigo de Bengoechea, Profesor de la Facultad
de Ingeniería de la UNAM, menciona que el mantenimiento de cualquier
equipo o sistema debe entenderse como la serie de actividades
necesarias para lograr que éstos operen bajo las mejores condiciones
posibles; es en sí optimizar la operación de un equipo o sistema.
El mantenimiento debe dividirse en varias categorías:
1. Rutinario o preventivo
Si se considera que el equipo o sistema funciona normalmente, se realizarán las siguientes operaciones:
1.1. Limpieza de equipo y partes. El condensador y evaporador
deben estar perfectamente limpios para garantizar una buena
transferencia de calor y evitar contaminación y sobrecalentamiento en
los equipos
1.2. Lubricación a los mecanismos que lo requieran: baleros, chumaceras, bujes
1.3. Revisión y cambio de filtros en unidades paquete,
manejadoras de aire, fan & coils, minisplits. Filtros sucios o en
mal estado dificultan el flujo de aire y disminuyen la eficiencia del
equipo
1.4. Filtro deshidratador. Normalmente no se da importancia
al deshidratador en los equipos de aire acondicionado; frecuentemente
se obstruye por suciedad en el interior del sistema y es muy fácil
revisarlo: si está “frío” es que está tapado; debe tener la temperatura
de la línea de líquido al operar normalmente. Si está obstruido, deberá
sustituirse (hay que saber cómo hacerlo; no es tan fácil)
1.5. Revisión de amperaje y voltaje de compresores, bombas y
ventiladores. Es importante verificar el “apriete” de contactores y
arrancadores, ya que, con frecuencia, se aflojan y provocan falsas
conexiones
1.6. Bitácora de trabajos. Es muy importante que se lleve una
bitácora de los trabajos de mantenimiento realizados a los equipos, ya
que será la historia de los cambios y reparaciones realizadas. Si no
se realizó alguna operación, también deberá anotarse
2. Correctivo
En algún momento será necesario realizar reparaciones
mayores, cambios de motor, compresor y aspas de ventilador. Estos
cambios detendrán el funcionamiento del equipo o sistema. Es necesario
prever las partes o refacciones que serán requeridas para que el paro
sea en el mínimo tiempo posible. No se pueden tener en el taller de
mantenimiento todas las partes, pero sí las más críticas o frecuentes:
aspas, filtros, refrigerante, baleros
Algunas partes no son reparables por el personal de
mantenimiento; por ejemplo, los compresores semiherméticos y motores.
Se debe recurrir a un taller especializado para la reparación de éstos;
dependiendo del lugar, será necesario tener un compresor, un motor y
vávulas en perfectas condiciones para realizar un cambio
3. Predictivo
De un cuidadoso análisis de las bitácoras de los equipos es
posible predecir cuándo será necesario el remplazo de algún componente y
así programarlo para obtener las refacciones y realizarlo en el
momento más oportuno
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a.- Periodo de ajuste |
b.- Operación eficiente |
c.- Falla incipiente |
d.- Prefalla |
e.- Falla |
La falla incipiente, por lo regular, es muy fácil de
determinar. Es el punto de aviso de que fallará el equipo en un tiempo
considerablemente corto. Ejemplos: ruido metal-metal en balatas de
auto, chirrido de bandas en generador, bomba de agua y ruido excesivo
en punterías.
Preservar la vida humana
El buen funcionamiento de los sistemas de aire acondicionado
no sólo responde a cuestiones de comodidad, salud y bienestar de las
personas que laboran en oficinas, hoteles, restaurantes u hospitales, o
de quienes habitan inmuebles climatizados. Las unidades especializadas
de investigación, por ejemplo, requieren diseños excepcionalmente
precisos y óptimas instalaciones. Aquí no puede haber error. El mínimo
margen podría provocar contagios locales, incluso una pandemia, y
perder la vida.
La bioseguridad es un asunto de vida o muerte. Trabajar en
labores de biocontención no atañe sólo a excelentes diseños de
ingeniería y servicios de mantenimiento, implica realizar prácticas tan
delicadas como impedir la diseminación en el ambiente de agentes
altamente infecciosos, los cuales deben permanecer en total hermetismo.
Así lo atestigua el biólogo Gonzalo Salgado, investigador del
Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) del Centro de
Investigación en Enfermedades Infecciosas (CIENI). Con más de una
década de experiencia en bioseguridad, diseño y supervisión de obra,
equipamiento, validación, mantenimiento y ambientación de laboratorios
de biocontención, se ha especializado en el manejo de microorganismos de
tipo infeccioso.
“El primer laboratorio de bioseguridad lo abrimos en el CIENI
en el 2004, con muchos errores de diseño, construcción y equipamiento.
Esto es importante decirlo, porque a lo largo de estos años hemos
trabajado para poder solucionarlos. Hasta el día de hoy contamos con
siete laboratorios de bioseguridad nivel 2 y un laboratorio de
bioseguridad nivel 3, que nos permiten manipular agentes infecciosos de
transmisión respiratoria”.
Profesor del taller de VIH y patogénesis del sida de la
licenciatura en Biología, en la Facultad de Ciencias de la Universidad
Nacional Autónoma de México, Salgado advierte sobre el riesgo de
transmitir enfermedades al personal del laboratorio, de mantenimiento o
a quienes están en contacto constante con la operación del inmueble
cuando no se cumplen con los parámetros específicos de construcción y
manejo de instalaciones y equipos, incluido el servicio de
mantenimiento.
“En Estados Unidos están bien documentadas las muertes
asociadas con laboratorios. De ello deriva la necesidad de plantear
políticas internacionales que impulsen cambios en el diseño de los
laboratorios de investigación y las salas especiales para enfermos con
padecimientos contagiosos o para los pacientes que deban ser
resguardados de las condiciones normales del ambiente, como los
enfermos de sida”.
Según explica el especialista, los niveles de bioseguridad
dependerán de la peligrosidad del agente y del tipo de transmisión de
que se trate –sea por manejo de reservorios, por vía respiratoria o
sexual–, los cuales determinarán el tipo de infraestructura requerida.
“Quienes nos dedicamos a la bioseguridad nos encontramos en
constante riesgo, obviamente por estar en contacto diario con agentes
patológicos y animales de laboratorio. Por esta razón, la
infraestructura es primordial para que el resto de los factores de
riesgo sea perfectamente controlado”.
Las características específicas de los agentes patológicos
van a permitir delimitar las prácticas y técnicas de laboratorio, y el
equipo de protección personal y de infraestructura. “Todo esto no se
queda únicamente en la infraestructura; es sólo la primera parte. Una
cosa es tener un laboratorio y otra cosa completamente diferente es
operarlo. Nuestra experiencia nos dice que el aire acondicionado es de
las cuestiones imprescindibles que deben atenderse, por ser uno de los
factores que permiten preservar la vida humana”.
Biólogo Tipo A del INER, Gonzalo Salgado opera desde hace
nueve años el laboratorio de ese centro de investigación. “Puedo decir
que, después de todo este tiempo, el reto más grande ha sido lograr una
operación continua del sistema de aire acondicionado. En este punto es
muy importante la experiencia y la capacidad de los ingenieros. Son
ellos los primeros que deben saber para qué están trabajando y entender
las implicaciones de un laboratorio de bioseguridad; es decir, no
están exentos de ser contagiados por todo lo que ahí manejamos.
“Por supuesto, el tipo de mantenimiento debe de ser altamente
especializado. Los ingenieros, así como las personas designadas para
el servicio, deberán tener mucho conocimiento y entrenamiento al
respecto. Resultaría mortal intentar procedimientos improvisados. No se
debe perder de vista que las cuestiones operativas de un laboratorio
de contención están basadas en estas características y antes de tomar
proyectos de este tipo los ingenieros deberán leer, informarse y
educarse en todas y cada una de las cuestiones que incluye la
bioseguridad. Existe una gran cantidad de excelentes cursos en el
extranjero, pero ya los empieza a haber muy buenos en México”.
El experto define la biocontención como la acción de evitar
que el agente con el que se está trabajando dentro del laboratorio
salga. “La cantidad infecciosa que puede tener un paciente, en
comparación con lo que manipulamos en el laboratorio, es radicalmente
baja. Nosotros manipulamos cepas de VIH que son 10 mil veces más
patogénicas y pueden transmitir la enfermedad más rápidamente que por
contagio de un individuo infectado”.
De acuerdo con el Manual de Bioseguridad, elaborado por la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la biocontención se aplica
específicamente a los niveles de bioseguridad 3 y 4.
“El nivel 1 se considera básico; es un laboratorio de
enseñanza similar al de la prepa. El nivel 2 son laboratorios más
encaminados al diagnóstico. En laboratorios de nivel 3 se hacen
diagnósticos especializados para enfermedades un poco peligrosas y para
las cuales se necesita una cura; sobre todo enfermedades locales, como
el ébola. El nivel 4 son unidades de patógenos peligrosos; aquí, las
prácticas van aumentando su grado de peligrosidad. También, el equipo
de protección varía en cada uno de estos niveles”.
Dentro del mismo laboratorio hay niveles de contención que
debe tener el equipamiento. La mayor parte del trabajo se lleva a cabo
en las cabinas de bioseguridad biológica y en incubadoras donde hay
ambientes especiales controlados.
Si se toma en consideración que las campanas de bioseguridad
son el principal sitio donde se manipulan estos agentes, “las campanas
de flujo laminal no son iguales a las campanas de los sistemas
convencionales de aire acondicionado. Utilizamos centrífugas, que nos
ayudan a accionar los componentes de los líquidos. La mayoría de estos
equipos genera aerosoles y, si ocurre algún accidente, éstos se pueden
diseminar por todo el interior del laboratorio en caso de no tener las
condiciones adecuadas. Además, se requieren sitios alternos donde
guardar los instrumentos y materiales de trabajo.
“El mantenimiento a campanas de bioseguridad no se realiza
precisamente dentro, pues, al ingresar directamente en el laboratorio,
se pondría en riesgo la vida del personal encargado de realizarlo. Es
conveniente, por tanto, tener una zona de mantenimiento de emergencia y
otra especializada en desechos, interactuando como áreas
complementarias”.
Lo que Gonzalo establece como una regla para un laboratorio
de bioseguridad es que el sistema de inyección debe ser independiente
del sistema de extracción. Por su experiencia, asegura que no puede
haber recirculación en las manejadoras de aire. “Algunos modelos son de
inyección con filtración”, indica.
Jamás debe haber presencia de toxinas. En algunas áreas, el
aire que entra en el laboratorio está limpio porque ha pasado a través
de filtros HEPA; luego, este aire es extraído a través de un ventilador
separado con reflujo direccional.
“El sistema de ventilación debe estar aislado y ser utilizado
solamente para el laboratorio; tiene que tratarse de un sistema
exclusivo de laboratorio y utilizar forzosamente filtros HEPA, de alta
eficiencia, diseñados para remover partículas de hasta 0.3 micras y
capturar 99.2 por ciento de partículas. Es recomendable cambiar estos
filtros cada año para la descontaminación del laboratorio y de las
operaciones.
“Siempre hay que controlar los sistemas mecánico y
electrónico. El sistema tiene que ser controlado a través de conductos y
el flujo de aire debe ser directo: de áreas limpias (donde nos
cambiamos la ropa de calle) hacia áreas sucias (donde estamos
manipulando el agente). Antes de entrar en el laboratorio, habremos de
verificar que la presión marcada por el manómetro sea negativa”.
Lo importante en laboratorios de bioseguridad es que la
mayoría de los espacios donde se manipulan agentes de transmisión
respiratoria deben tener sistema bag in-bag out. La intención es
distribuir las partículas infecciosas a partir del volumen de aire que
manejan los sistemas. No todos los laboratorios de bioseguridad
requieren este sistema; sólo los espacios donde se trabaje con agentes
infecciosos. La investigación de VIH es un ejemplo. El diseño del
laboratorio dependerá del tipo de investigaciones que se hagan; por
esto, no puede haber laboratorios genéricos. Tienen que ser
laboratorios preparados para cualquier percance, incluidos los
accidentes de trabajo.
“Todo esto me cambió la perspectiva de lo que es el diseño de
un laboratorio; por ejemplo, el número de tiempos de cambios de aire
por hora nos va a reflejar el volumen de aire removido en porcentaje.
Aproximadamente, 90 por ciento del aire es removido dentro de un cuarto
en 12 minutos con dos cambios de aire por hora; 99.9 por ciento es
removido en 35 minutos con dos cambios de aire por hora.
“Desde el momento de trazar el diseño, es muy importante
planear cómo se realizarán los procesos de operación y mantenimiento, y
qué se hará para que el balanceo pueda ser realizado de manera
automática y continua; es decir, conservar la presión negativa que cae
continua por cables de voltaje. Al no haber planta de emergencia, es
preciso mantener el control de la temperatura”.
Transformar las ideas en realidad
Si se considera uno de los principios de la ingeniería:
transformar las ideas en realidad, lo pertinente en estos tiempos es
concebir diseños de ingeniería que den respuesta óptima a las actuales
condiciones de temperatura ambiental. Un buen diseño ejecutivo debe
incluir la gestión de cada uno de los requerimientos del proyecto.
“Los tiempos en los que fue construida la Torre
Latinoamericana ya no son los mismos”, comenta en entrevista el
ingeniero Rodrigo Ruiz Hinojosa, quien dirige en Puebla la empresa
Mereti, dedicada a la venta de refacciones y equipo para sistemas de
aire acondicionado y refrigeración. “Si observamos la edificación, los
aires de ventana asoman de la fachada porque cuando se construyó la
Torre nunca se pensó que se iban a necesitar tantos sistemas de
climatización. Hoy en día, el aire acondicionado es lo primero en lo
que se debe pensar; es decir, en el confort de las personas que laboran
o habitan en grandes edificios”.
Pese al avance de la ingeniería y el alto grado de
especialización técnica, en algunas localidades, los miembros que
integran el sector productivo en la República Mexicana carecen aún de
óptimos servicios de mantenimiento para sus equipos de aire
acondicionado y refrigeración. Por ende, para ellos no es posible
proporcionar un excelente estado de conservación a los productos
perecederos.
Flores, verduras, legumbres, carne y lácteos necesitan
ciertas condiciones de humedad y frío para que su conservación sea
óptima; con mayor razón, los de calidad de exportación. Sin embargo,
esto no fue lo que observó Pedro Viveros Perea, del área de ventas de
Grupo Mereti.
“Días antes de la celebración de Muertos, varios compañeros
de la empresa y yo viajamos a Chiapas a una expo ganadera y nos dimos
cuenta de que es un mercado totalmente descubierto. Observamos las
necesidades de los usuarios en esa zona y notamos que están muy
descuidados. A la mayoría de productores y ganaderos le falta
asesoramiento sobre cámaras de refrigeración y aire acondicionado.
Generalmente, ninguno de ellos se apoya con proyectos de ingeniería
acordes con las necesidades actuales de tecnología, higiene y cuidado
de sus productos. Chiapas es una zona más o menos tropical, y hay mucha
fruta que necesita refrigerarse inmediatamente después de ser
cosechada”.
Un problema serio señalado por Pedro Viveros es la presencia
de un gran número de personas dedicadas a ofrecer servicios de
mantenimiento, “trabajos de especialización” en cámaras de
refrigeración sin una pizca de especialización. Quienes ofrecen este
servicio son técnicos que no cuentan con capacitación y no siguen un
procedimiento adecuado para la instalación de cámaras que sean
realmente necesarias y proporcionen la intensidad exacta de frío que
requieren los productos.
“Hay fruta exótica que necesita estar muy bien refrigerada.
Lo peor de todo es que muchos productores están sumamente
desorientados, no son conscientes de que sus productos no están
recibiendo el cuidado adecuado. Acostumbran rentar los famosos
termokin: cajas de tráiler con sistemas de refrigeración. El problema
es que cuando la carne o la fruta es transportada para su venta ya va
en un punto muy cercano a la descomposición.
“El tratamiento que ellos dan al cosechar su fruta o cuando
matan a las reses no es el adecuado. Diría que la carne permanece mucho
tiempo fuera de refrigeración. Todo esto ocurre cuando no se tiene
buen asesoramiento comercial y de ingeniería en proyectos, sea de
refrigeración o de climatización. Bajo esas circunstancias, siempre se
corre el riesgo de echar a perder el negocio”. |
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