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miércoles, 4 de abril de 2012

Mantenimiento en sistemas de climatización

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Mantenimiento en sistemas de climatización




Mantenimiento en sistemas de climatización
Mantenimiento en sistemas de climatización
La falta de una cultura de prevención, de cuidado y limpieza, inexperiencia en el diseño, instalaciones inadecuadas, fallas de mantenimiento, poca o nula capacitación de los técnicos, la improvisación de oficio y actos negligentes en sus formas de uso impiden el buen funcionamiento y larga vida de los sistemas de climatización
El creciente desarrollo de los data centers en México y su incremento en el consumo energético, plantean un reto importante para los fabricantes de aire acondicionado, para quienes el mayor desafío es encontrar soluciones eficientes de enfriamiento en centros de datos de alta densidad.
Hacer válidas las garantías no sería necesario si se atendieran de manera oportuna las especificaciones de funcionamiento de los sistemas de climatización. Después de la pertinencia y exactitud del diseño de ingeniería, una de las más importantes es proporcionar servicio de mantenimiento en tiempo y forma. A esto se añade atender una serie de problemas de índole humana: escasa o nula capacitación de algunos técnicos, falta de actualización en nuevos procedimientos, así como eventuales actos de negligencia por parte de empleados que no saben cómo cuidar los equipos.
Algunos de los problemas más comunes tienen su origen en la cultura de la no prevención, como lo señala en entrevista José Antonio Pérez, jefe del Departamento de Supervisión de la empresa Mantenimiento Total.
“Muchas veces, los propios empleados dañan los equipos, mojan los motores o los queman. Lo hemos visto durante el servicio de mantenimiento a cámaras frigoríficas, al revisar rodamientos, bujes y baleros. En ocasiones, dejan abiertas las puertas o se bloquean por exceso de hielo, y esto impide la circulación de aire. Particularmente, en cocinas industriales, donde hay mucho tráfico de personas, los equipos se ensucian mucho más rápido y, por lo regular, el personal de cocina no tiene conocimientos básicos para un buen uso del equipo”.
En su opinión, la responsabilidad de proporcionar servicios de mantenimiento es siempre relativa. “Depende de las personas. Cuando uno trata con el usuario directo no hay mayor problema porque él sí cuida los equipos y toma medidas eficientes. En cambio, cuando hemos tratado con cadenas restauranteras, nos percatamos de que al personal realmente no le preocupa, hasta dañan el equipo a propósito.
“Hace un par de años estuvimos trabajando con una reconocida cadena de hamburguesas y de eso nos percatamos, lo cual me hace pensar que, a manera de inducción, deberían tener una unidad de capacitación a empleados. Sin embargo, no la hay; es decir, en la realidad nadie sabe y nadie se mete. No saben nada de nada”.
El mantenimiento a los equipos no se trata de un mero protocolo entre usuario y fabricante. Todo sistema de calefacción, aire acondicionado y ventilación está supeditado a revisiones periódicas y a servicios preventivos, correctivos o predictivos, según sea el caso.
“Con el servicio preventivo se evita que los equipos de aire acondicionado o refrigeración queden fuera de servicio. Básicamente, durante nuestra visita revisamos la parte mecánica (motores, aspas, rodamientos) y la parte eléctrica (elevadores, cableado). En el correctivo cambiamos algunos repuestos que han concluido su vida útil; corregimos eso, reparamos y volvemos a poner en marcha los equipos”, especifica José Antonio Pérez, quien añade: “En un sistema de climatización, enfriamiento, refrigeración o conservación, uno de los aspectos que nosotros más cuidamos es evitar un mal funcionamiento de los ventiladores, ya sean evaporadores o condensadores, porque de ahí se generan otros problemas, como congelamientos excesivos. Eso es lo que hay que cuidar: que los motores no estén cerca del rango que sale del buen funcionamiento. Revisamos los rodamientos y sabemos que la limpieza de los serpentines e intercambiadores es indispensable”.
Para hacer efectiva una garantía, el experto sugiere contratar un servicio de mantenimiento al mismo tiempo de la compra del equipo. “Al final, sale más barato porque no resultan daños severos”. El número de servicios que se realizará a los sistemas de aire acondicionado dependerá de dónde estén instalados, de las horas que se usen a la semana o de si el lugar donde operan es un ambiente crítico, con mucho polvo, demasiada humedad o sarro, como ocurre en la costa.
Finalmente, dice Antonio Pérez, los manejadores de los equipos muchas veces son los empleados. “Ellos saben si hubo una descarga eléctrica o cómo se originó tal o cual problema. Durante nuestras visitas de inspección verificamos lo que está mal y así es como detectamos también vicios ocultos que deberemos reparar”.
Alargar la vida útil de los equipos y mantener el mecanismo de funcionamiento en óptimas condiciones sería lo ideal. “En esto radica la importancia de realizar constantes servicios de mantenimiento a equipos de climatización y refrigeración, o a los que presten alguna función, eléctrica o mecánica. Éste es un punto muy importante; lo siguiente es obtener el máximo provecho y rendimiento, además de optimizar los costos de acciones correctivas”, sugiere el ingeniero Luis Eduardo Roldán, director de Fri-Rold.
“En el caso de sistemas de aire acondicionado, es imprescindible lograr un clima más saludable. Siempre, en el área del evaporador se concentran contaminantes, como polvo, y eso se transmite hacia las áreas por climatizar. Recordemos que hay bacterias que mueren con la temperatura y otras que se reproducen a temperaturas más altas o más bajas. En algunas empresas y casas, están optando por instalar sistemas adicionales para el control de bacterias y hacer el aire más limpio, como son los ozonificadores. Algunos equipos ya los tienen integrados”.
Los filtros de los equipos bacteriológicos deben cambiarse cada cuatro o seis meses
Respecto del cambio de filtros, la frecuencia de reemplazo dependerá del tipo de filtros con los que se encuentre trabajando el sistema. “Hay equipos bacteriológicos en un área nueva y los filtros se deben cambiar cada cuatro o seis meses; en el caso de que tengan filtros de malla (únicamente para la retención de partículas), recomendamos realizar tres mantenimientos por año”.
El ingeniero Roldán señala que no es común que se cambien los filtros de malla, sólo se lavan. “Los tiempos de mantenimiento dependen de las áreas donde se encuentran instalados los equipos. Hay áreas muy limpias donde los primeros mantenimientos se pueden hacer cada seis meses y los subsecuentes cada año; no olvidar que esto dependerá de las condiciones en que se vayan encontrando los equipos”.
“Desde luego, el maltrato es algo común. Esto ocurre porque algunas veces, durante el mantenimiento, los usuarios están presentes y ven qué se hace y cómo se hace. Nosotros los dejamos; es decir, no se trata de engañar a nadie, sino de hacer un buen trabajo, y si ellos están presentes se pueden percatar de la calidad del trabajo. Sin embargo, en las casas donde se cuenta con servicio doméstico, muchas veces, por ahorrarse el costo del mantenimiento, ellos mismos indican a su personal qué hacer: ‘levántale ahí, sácale los filtros, tállale con una brocha’. En fin… ha ocurrido que compran botes de aire comprimido y solitos realizan los trabajos”.
Los trabajos de mantenimiento logran que el equipo se conserve en las mejores condiciones y opere de manera eficiente durante mucho tiempo
Una vez que se ha recibido un reporte de fallas en la temperatura y se hace la revisión del equipo, resulta que el personal encuentra los equipos muy limpios por fuera y totalmente llenos de polvo en su interior. “Desarmamos y encontramos las turbinas llenas de polvo. El hecho de que personas no capacitadas quieran o intenten dar mantenimiento a los equipos es señal segura de avería. Hay bulbos sensores que en determinado momento hemos visto que los hacen a un lado o no son limpiados correctamente, y producen una lectura falsa. Ésos son los resultados: alteración de la temperatura”.
Especialista en el manejo de climatización para edificios, refrigeración industrial y el área de congelamiento rápido, considera imprescindible ofrecer capacitación a los responsables del manejo de los equipos.
“En muchas ocasiones mueven el control y desprograman el sistema. Y como piensan que realizar una llamada les puede generar algún costo, no llaman; de esta manera omiten el servicio de mantenimiento. Siempre explicamos a los usuarios finales cuáles son los alcances de la garantía, los derechos que tienen al contratar el servicio de instalación y los costos de mantenimiento, junto con una carta de entrega, donde especificamos todo por escrito”.
Para el ingeniero Joel Rubio Márquez, de la empresa Diseño Ingeniería y Mantenimiento Industrial, el mantenimiento preventivo es fundamental para que los sistemas de climatización trabajen de manera eficiente. “Estos equipos operan mediante mecanismos de transferencia de calor, principalmente en los serpentines de evaporación y condensación. La acumulación de suciedad disminuye significativamente la transferencia calórica. La limpieza les permite funcionar a su máxima eficiencia al disminuir el consumo eléctrico”.
Comenta que “dentro del servicio de mantenimiento preventivo se corrigen fugas de refrigerante en uniones roscadas o válvulas de servicio. Esta operación es especialmente importante debido a que no existe ningún refrigerante que no afecte la capa de ozono. Por ello, es indispensable eliminar las fugas.
“El servicio preventivo ayuda a verificar y corregir, también, el funcionamiento de controles, elevadores, contactores, transformadores, y eliminar falsos contactos que disminuyen la vida del equipo y aumentan el consumo de energía eléctrica. Los trabajos de mantenimiento eliminan vibraciones, lubrican rodamientos, malos olores, desinfectan serpentines de evaporación, limpian y destapan los drenajes y, en general, logran que el equipo se conserve operando eficientemente durante mucho más tiempo”.
Los periodos de mantenimiento dependen del uso que tengan los equipos
• Aire acondicionado de confort para uso residencial o comercial. Se recomienda darle servicio cada tres meses
• Aire acondicionado para hospitales. Requiere rutinas de mantenimiento mensual, semestral y anual
• Aire acondicionado para sitios de cómputo. Por su uso intensivo requiere mantenimiento mensual
• Cámaras de conservación o congelación. Por su uso intensivo es conveniente hacer mantenimiento mensual
Que personas no capacitadas hayan dado mantenimiento a los equipos es señal segura de avería
“En muchas ocasiones, el usuario se queja porque el sistema trabaja todo el tiempo y no ‘enfría’; entonces, acudimos a revisar los equipos y los encontramos completamente sucios, con la separación entre aletas de los serpentines llenas de tierra y el evaporador congelado por el bajo flujo de aire debido al taponamiento de tierra. Una vez que se concluye el servicio y con los equipos trabajando a carga plena, el usuario que se quejaba de que el equipo no enfriaba se muestra sorprendido de la cantidad de ‘frío’ que está dando”.
El ingeniero Rubio pone énfasis en que el mantenimiento periódico es fundamental para los equipos que cuentan con bancos de filtros, ya que al saturarse restringen el flujo de aire al serpentín de evaporación y, cuando se sobresaturan, pueden llegar arrojar la suciedad que se supone deben retener.
“Hay que recordar que los filtros retienen desde polvo y partículas hasta microorganismos, en el caso de los HEPA. Por eso es importante tomar medidas básicas de seguridad al retirarlos: adicional a los lentes de seguridad y los guantes, hay que utilizar mascarilla para polvos finos”.
Por supuesto, existen casos extremos: “Tuvimos oportunidad de revisar un equipo que tenía el serpentín de evaporación congelado y presentaba retorno de refrigerante líquido al compresor (en este caso era scroll); se encontraba convertido en un verdadero bloque de hielo, a excepción del cabezal. El filtro de bolsa y el filtro HEPA estaban totalmente bloqueados, por lo que no llegaba suficiente flujo de aire al serpentín de evaporación. Esto provocó el congelamiento y bloqueó por completo el flujo de aire, lo cual ocasionó que el refrigerante no se evaporara y llegara sólo una fracción en estado líquido al compresor.
“En algunas ocasiones, hemos encontrado equipos minisplit en edificios de varios pisos que, por limitaciones de distancia, las condensadoras se instalan en cuartos adaptados mal ventilados, lo cual provoca que los equipos se protejan por alta presión. El flujo de aire necesario es del orden de 750 CFM por tonelada de refrigeración. A razón de esto, ha sido necesario instalar un sistema de ventilación que proporcione ese flujo de aire.
”Actualmente, comenzamos a ver equipos de volumen de refrigerante variable (VRV), incluso en sistemas minisplit simples, que nos permiten tener distancias más largas entre condensador y evaporador, de hasta 50 metros en la vertical y de más de 100 en la horizontal. Dichos sistemas ya trabajan con el refrigerante R-410A, el cual, por su alta presión, debe tener un manejo más cuidadoso, en especial tener manifold y usar mangueras especificadas para el refrigerante”.
Tipos de mantenimiento
El ingeniero Rodrigo de Bengoechea, Profesor de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, menciona que el mantenimiento de cualquier equipo o sistema debe entenderse como la serie de actividades necesarias para lograr que éstos operen bajo las mejores condiciones posibles; es en sí optimizar la operación de un equipo o sistema.
El mantenimiento debe dividirse en varias categorías:
1. Rutinario o preventivo
Si se considera que el equipo o sistema funciona normalmente, se realizarán las siguientes operaciones:
1.1. Limpieza de equipo y partes. El condensador y evaporador deben estar perfectamente limpios para garantizar una buena transferencia de calor y evitar contaminación y sobrecalentamiento en los equipos
1.2. Lubricación a los mecanismos que lo requieran: baleros, chumaceras, bujes
1.3. Revisión y cambio de filtros en unidades paquete, manejadoras de aire, fan & coils, minisplits. Filtros sucios o en mal estado dificultan el flujo de aire y disminuyen la eficiencia del equipo
1.4. Filtro deshidratador. Normalmente no se da importancia al deshidratador en los equipos de aire acondicionado; frecuentemente se obstruye por suciedad en el interior del sistema y es muy fácil revisarlo: si está “frío” es que está tapado; debe tener la temperatura de la línea de líquido al operar normalmente. Si está obstruido, deberá sustituirse (hay que saber cómo hacerlo; no es tan fácil)
1.5. Revisión de amperaje y voltaje de compresores, bombas y ventiladores. Es importante verificar el “apriete” de contactores y  arrancadores, ya que, con frecuencia, se aflojan y provocan falsas conexiones
1.6. Bitácora de trabajos. Es muy importante que se lleve una bitácora de los trabajos de mantenimiento realizados a los equipos, ya que será la historia de los cambios y reparaciones realizadas. Si no se realizó alguna operación, también deberá anotarse
2. Correctivo
En algún momento será necesario realizar reparaciones mayores, cambios de motor, compresor y aspas de ventilador. Estos cambios detendrán el funcionamiento del equipo o sistema. Es necesario prever las partes o refacciones que serán requeridas para que el paro sea en el mínimo tiempo posible. No se pueden tener en el taller de mantenimiento todas las partes, pero sí las más críticas o frecuentes: aspas, filtros, refrigerante, baleros
Algunas partes no son reparables por el personal de mantenimiento; por ejemplo, los compresores semiherméticos y motores. Se debe recurrir a un taller especializado para la reparación de éstos; dependiendo del lugar, será necesario tener un compresor, un motor y vávulas en perfectas condiciones para realizar un cambio
3. Predictivo
De un cuidadoso análisis de las bitácoras de los equipos es posible predecir cuándo será necesario el remplazo de algún componente y así programarlo para obtener las refacciones y realizarlo en el momento más oportuno
a.- Periodo de ajuste
b.- Operación eficiente
c.- Falla incipiente
d.- Prefalla
e.- Falla

La falla incipiente, por lo regular, es muy fácil de determinar. Es el punto de aviso de que fallará el equipo en un tiempo considerablemente corto. Ejemplos: ruido metal-metal en balatas de auto, chirrido de bandas en generador, bomba de agua y ruido excesivo en punterías.
Preservar la vida humana
El buen funcionamiento de los sistemas de aire acondicionado no sólo responde a cuestiones de comodidad, salud y bienestar de las personas que laboran en oficinas, hoteles, restaurantes u hospitales, o de quienes habitan inmuebles climatizados. Las unidades especializadas de investigación, por ejemplo, requieren diseños excepcionalmente precisos y óptimas instalaciones. Aquí no puede haber error. El mínimo margen podría provocar contagios locales, incluso una pandemia, y perder la vida.
La bioseguridad es un asunto de vida o muerte. Trabajar en labores de biocontención no atañe sólo a excelentes diseños de ingeniería y servicios de mantenimiento, implica realizar prácticas tan delicadas como impedir la diseminación en el ambiente de agentes altamente infecciosos, los cuales deben permanecer en total hermetismo.
Así lo atestigua el biólogo Gonzalo Salgado, investigador del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) del Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas (CIENI). Con más de una década de experiencia en bioseguridad, diseño y supervisión de obra, equipamiento, validación, mantenimiento y ambientación de laboratorios de biocontención, se ha especializado en el manejo de microorganismos de tipo infeccioso.
“El primer laboratorio de bioseguridad lo abrimos en el CIENI en el 2004, con muchos errores de diseño, construcción y equipamiento. Esto es importante decirlo, porque a lo largo de estos años hemos trabajado para poder solucionarlos. Hasta el día de hoy contamos con siete laboratorios de bioseguridad nivel 2 y un laboratorio de bioseguridad nivel 3, que nos permiten manipular agentes infecciosos de transmisión respiratoria”.
Profesor del taller de VIH y patogénesis del sida de la licenciatura en Biología, en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, Salgado advierte sobre el riesgo de transmitir enfermedades al personal del laboratorio, de mantenimiento o a quienes están en contacto constante con la operación del inmueble cuando no se cumplen con los parámetros específicos de construcción y manejo de instalaciones y equipos, incluido el servicio de mantenimiento.
“En Estados Unidos están bien documentadas las muertes asociadas con laboratorios. De ello deriva la necesidad de plantear políticas internacionales que impulsen cambios en el diseño de los laboratorios de investigación y las salas especiales para enfermos con padecimientos contagiosos o para los pacientes que deban ser resguardados de las condiciones normales del ambiente, como los enfermos de sida”.
Según explica el especialista, los niveles de bioseguridad dependerán de la peligrosidad del agente y del tipo de transmisión de que se trate –sea por manejo de reservorios, por vía respiratoria o sexual–, los cuales determinarán el tipo de infraestructura requerida.
“Quienes nos dedicamos a la bioseguridad nos encontramos en constante riesgo, obviamente por estar en contacto diario con agentes patológicos y animales de laboratorio. Por esta razón, la infraestructura es primordial para que el resto de los factores de riesgo sea perfectamente controlado”.
Las características específicas de los agentes patológicos van a permitir delimitar las prácticas y técnicas de laboratorio, y el equipo de protección personal y de infraestructura. “Todo esto no se queda únicamente en la infraestructura; es sólo la primera parte. Una cosa es tener un laboratorio y otra cosa completamente diferente es operarlo. Nuestra experiencia nos dice que el aire acondicionado es de las cuestiones imprescindibles que deben atenderse, por ser uno de los factores que permiten preservar la vida humana”.
Biólogo Tipo A del INER, Gonzalo Salgado opera desde hace nueve años el laboratorio de ese centro de investigación. “Puedo decir que, después de todo este tiempo, el reto más grande ha sido lograr una operación continua del sistema de aire acondicionado. En este punto es muy importante la experiencia y la capacidad de los ingenieros. Son ellos los primeros que deben saber para qué están trabajando y entender las implicaciones de un laboratorio de bioseguridad; es decir, no están exentos de ser contagiados por todo lo que ahí manejamos.
“Por supuesto, el tipo de mantenimiento debe de ser altamente especializado. Los ingenieros, así como las personas designadas para el servicio, deberán tener mucho conocimiento y entrenamiento al respecto. Resultaría mortal intentar procedimientos improvisados. No se debe perder de vista que las cuestiones operativas de un laboratorio de contención están basadas en estas características y antes de tomar proyectos de este tipo los ingenieros deberán leer, informarse y educarse en todas y cada una de las cuestiones que incluye la bioseguridad. Existe una gran cantidad de excelentes cursos en el extranjero, pero ya los empieza a haber muy buenos en México”.
El experto define la biocontención como la acción de evitar que el agente con el que se está trabajando dentro del laboratorio salga. “La cantidad infecciosa que puede tener un paciente, en comparación con lo que manipulamos en el laboratorio, es radicalmente baja. Nosotros manipulamos cepas de VIH que son 10 mil veces más patogénicas y pueden transmitir la enfermedad más rápidamente que por contagio de un individuo infectado”.
De acuerdo con el Manual de Bioseguridad, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la biocontención se aplica específicamente a los niveles de bioseguridad 3 y 4.
“El nivel 1 se considera básico; es un laboratorio de enseñanza similar al de la prepa. El nivel 2 son laboratorios más encaminados al diagnóstico. En laboratorios de nivel 3 se hacen diagnósticos especializados para enfermedades un poco peligrosas y para las cuales se necesita una cura; sobre todo enfermedades locales, como el ébola. El nivel 4 son unidades de patógenos peligrosos; aquí, las prácticas van aumentando su grado de peligrosidad. También, el equipo de protección varía en cada uno de estos niveles”.
Dentro del mismo laboratorio hay niveles de contención que debe tener el equipamiento. La mayor parte del trabajo se lleva a cabo en las cabinas de bioseguridad biológica y en incubadoras donde hay ambientes especiales controlados.
Si se toma en consideración que las campanas de bioseguridad son el principal sitio donde se manipulan estos agentes, “las campanas de flujo laminal no son iguales a las campanas de los sistemas convencionales de aire acondicionado. Utilizamos centrífugas, que nos ayudan a accionar los componentes de los líquidos. La mayoría de estos equipos genera aerosoles y, si ocurre algún accidente, éstos se pueden diseminar por todo el interior del laboratorio en caso de no tener las condiciones adecuadas. Además, se requieren sitios alternos donde guardar los instrumentos y materiales de trabajo.
“El mantenimiento a campanas de bioseguridad no se realiza precisamente dentro, pues, al ingresar directamente en el laboratorio, se pondría en riesgo la vida del personal encargado de realizarlo. Es conveniente, por tanto, tener una zona de mantenimiento de emergencia y otra especializada en desechos, interactuando como áreas complementarias”.
Lo que Gonzalo establece como una regla para un laboratorio de bioseguridad es que el sistema de inyección debe ser independiente del sistema de extracción. Por su experiencia, asegura que no puede haber recirculación en las manejadoras de aire. “Algunos modelos son de inyección con filtración”, indica.
Jamás debe haber presencia de toxinas. En algunas áreas, el aire que entra en el laboratorio está limpio porque ha pasado a través de filtros HEPA; luego, este aire es extraído a través de un ventilador separado con reflujo direccional.
“El sistema de ventilación debe estar aislado y ser utilizado solamente para el laboratorio; tiene que tratarse de un sistema exclusivo de laboratorio y utilizar forzosamente filtros HEPA, de alta eficiencia, diseñados para remover partículas de hasta 0.3 micras y capturar 99.2 por ciento de partículas. Es recomendable cambiar estos filtros cada año para la descontaminación del laboratorio y de las operaciones.
“Siempre hay que controlar los sistemas mecánico y electrónico. El sistema tiene que ser controlado a través de conductos y el flujo de aire debe ser directo: de áreas limpias (donde nos cambiamos la ropa de calle) hacia áreas sucias (donde estamos manipulando el agente). Antes de entrar en el laboratorio, habremos de verificar que la presión marcada por el manómetro sea negativa”.
Lo importante en laboratorios de bioseguridad es que la mayoría de los espacios donde se manipulan agentes de transmisión respiratoria deben tener sistema bag in-bag out. La intención es distribuir las partículas infecciosas a partir del volumen de aire que manejan los sistemas. No todos los laboratorios de bioseguridad requieren este sistema; sólo los espacios donde se trabaje con agentes infecciosos. La investigación de VIH es un ejemplo. El diseño del laboratorio dependerá del tipo de investigaciones que se hagan; por esto, no puede haber laboratorios genéricos. Tienen que ser laboratorios preparados para cualquier percance, incluidos los accidentes de trabajo.
“Todo esto me cambió la perspectiva de lo que es el diseño de un laboratorio; por ejemplo, el número de tiempos de cambios de aire por hora nos va a reflejar el volumen de aire removido en porcentaje. Aproximadamente, 90 por ciento del aire es removido dentro de un cuarto en 12 minutos con dos cambios de aire por hora; 99.9 por ciento es removido en 35 minutos con dos cambios de aire por hora.
“Desde el momento de trazar el diseño, es muy importante planear cómo se realizarán los procesos de operación y mantenimiento, y qué se hará para que el balanceo pueda ser realizado de manera automática y continua; es decir, conservar la presión negativa que cae continua por cables de voltaje. Al no haber planta de emergencia, es preciso mantener el control de la temperatura”.
Transformar las ideas en realidad
Si se considera uno de los principios de la ingeniería: transformar las ideas en realidad, lo pertinente en estos tiempos es concebir diseños de ingeniería que den respuesta óptima a las actuales condiciones de temperatura ambiental. Un buen diseño ejecutivo debe incluir la gestión de cada uno de los requerimientos del proyecto.
“Los tiempos en los que fue construida la Torre Latinoamericana ya no son los mismos”, comenta en entrevista el ingeniero Rodrigo Ruiz Hinojosa, quien dirige en Puebla la empresa Mereti, dedicada a la venta de refacciones y equipo para sistemas de aire acondicionado y refrigeración. “Si observamos la edificación, los aires de ventana asoman de la fachada porque cuando se construyó la Torre nunca se pensó que se iban a necesitar tantos sistemas de climatización. Hoy en día, el aire acondicionado es lo primero en lo que se debe pensar; es decir, en el confort de las personas que laboran o habitan en grandes edificios”.
Pese al avance de la ingeniería y el alto grado de especialización técnica, en algunas localidades, los miembros que integran el sector productivo en la República Mexicana carecen aún de óptimos servicios de mantenimiento para sus equipos de aire acondicionado y refrigeración. Por ende, para ellos no es posible proporcionar un excelente estado de conservación a los productos perecederos.
Flores, verduras, legumbres, carne y lácteos necesitan ciertas condiciones de humedad y frío para que su conservación sea óptima; con mayor razón, los de calidad de exportación. Sin embargo, esto no fue lo que observó Pedro Viveros Perea, del área de ventas de Grupo Mereti.
“Días antes de la celebración de Muertos, varios compañeros de la empresa y yo viajamos a Chiapas a una expo ganadera y nos dimos cuenta de que es un mercado totalmente descubierto. Observamos las necesidades de los usuarios en esa zona y notamos que están muy descuidados. A la mayoría de productores y ganaderos le falta asesoramiento sobre cámaras de refrigeración y aire acondicionado. Generalmente, ninguno de ellos se apoya con proyectos de ingeniería acordes con las necesidades actuales de tecnología, higiene y cuidado de sus productos. Chiapas es una zona más o menos tropical, y hay mucha fruta que necesita refrigerarse inmediatamente después de ser cosechada”.
Un problema serio señalado por Pedro Viveros es la presencia de un gran número de personas dedicadas a ofrecer servicios de mantenimiento, “trabajos de especialización” en cámaras de refrigeración sin una pizca de especialización. Quienes ofrecen este servicio son técnicos que no cuentan con capacitación y no siguen un procedimiento adecuado para la instalación de cámaras que sean realmente necesarias y proporcionen la intensidad exacta de frío que requieren los productos.
“Hay fruta exótica que necesita estar muy bien refrigerada. Lo peor de todo es que muchos productores están sumamente desorientados, no son conscientes de que sus productos no están recibiendo el cuidado adecuado. Acostumbran rentar los famosos termokin: cajas de tráiler con sistemas de refrigeración. El problema es que cuando la carne o la fruta es transportada para su venta ya va en un punto muy cercano a la descomposición.
“El tratamiento que ellos dan al cosechar su fruta o cuando matan a las reses no es el adecuado. Diría que la carne permanece mucho tiempo fuera de refrigeración. Todo esto ocurre cuando no se tiene buen asesoramiento comercial y de ingeniería en proyectos, sea de refrigeración o de climatización. Bajo esas circunstancias, siempre se corre el riesgo de echar a perder el negocio”.

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