El ruido y la vibración constituyen, desde hace varios
años, dos de los contaminantes físicos de mayor afectación para los
habitantes de los edificios enfermos; pero es ahora cuando, saturados
de contaminación acústica, se hace consciencia de su nocividad y
produce inquietud y malestar suficientes para tomar medidas necesarias
de autodefensa.
Actualmente, el fenómeno de la contaminación acústica es
considerado el causante del caos que se presenta en comunidades
enteras, ya que desencadena estímulos de alteraciones en el sueño, en
la presión y las composiciones químicas de la sangre; en el
funcionamiento cardiaco o en el desarrollo fetal. Asimismo, esta
problemática propicia perdida de la atención, bajando al máximo los
índices de rendimiento en el trabajo, sin olvidar que origina estrés y,
por tanto, afecta al sistema defensivo del organismo humano.
Pero el daño no sólo se centra en aquellos que laboran en
edificios, también éstos sufren colapsos a causa del ruido y la
vibración, viendo alterado el confort de sus instalaciones, debido al
aislamiento insuficiente de las fuentes generadoras de contaminación
sonora.
Enfoquémonos, de manera muy particular, en el ruido provocado
por las instalaciones de climatización, el cual, desde 1970, está
considerado como sonido no deseado, por la Conferencia Internacional de
Medio Ambiente de Estocolmo. Al mismo tiempo, es un contaminante
ambiental que se atribuye a una serie de factores, como el diseño,
modelo y, de alguna manera, a la potencia del aparato que se adquiere.
Por tanto, los expertos han empleado el llamado aislante
acústico para la erradicación de dicho fenómeno, ya que, ante una
excelente selección, permite al usuario reducir en gran medida los
sonidos generados por el motor de los aparatos, logrando un ambiente
más agradable, tanto en el interior de la propiedad como en el
exterior.
Como punto importante, cabe señalar que los aislantes no sólo
funcionan como eliminadores de ruido, sino que contribuyen al ahorro
energético y a la protección de los ductos en donde se instalan; por
ello la necesidad de situarlo correctamente, aunque esto implique un
alto costo.
El síndrome del edificio enfermo está asociado con la
afectación del bienestar y la salud de un porcentaje elevado de sus
habitantes. La calidad ambiental en el interior de los edificios
permanece por las condiciones del proyecto, construcción, selección,
instalación y mantenimiento, fundamentalmente de los sistemas de
climatización, punto en el que habrá que ponerse atención específica,
ya que, después de concluida la obra, el mantenimiento es el que habrá
de enmendar las insuficiencias acústicas no contempladas durante la
fase de construcción e inversión. Aun así, recordemos que las fallas de
edificación, no corregidas en la primera etapa del proyecto, pueden
ser muy difíciles de revertir.
Como última recomendación, es necesario enfatizar que, para
prevenir el impacto de la conocida contaminación sonora en un edificio,
se debe tener el control de las principales fuentes de generación del
ruido (tanto en el interior como en el exterior), el camino de
propagación, los materiales empleados y su disposición.
Las ruidos corrientes dentro de una edificación pueden subdividirse en cinco categorías, que afectan a cualquier estructura:
1 Ruidos provocados por el hombre (habla, canto, grito)
2 Ruidos de los equipos de comunicación y recreo (teléfono, televisión, radio, nevera)
3 Ruidos de los aparatos de mantenimiento (sanitarios, taladros)
4 Ruidos provenientes del exterior del inmueble (vehículos, zonas de recreación).
5 Ruidos de instalaciones técnicas (sistemas de
calefacción o climatización; sistemas de refrigeración y bombeo,
sistemas de elevación) Éstos, a su vez, pueden clasificarse
principalmente en tres clases:
- Ruido mecánico de las partes en rotación del ventilador,
cojinetes, correas, etc., así como de piezas poco rígidas o mal
montadas. El ruido mecánico se propaga, a través de los conductos o de
la estructura del edificio, a las paredes y techos, y de allí al aire.
- Ruido producido por los torbellinos de aire, debido a
defectos aerodinámicos en el diseño de los ventiladores. Este tipo de
ruido también se genera por el choque del aire con las rejillas de
salida, los codos o las baterías de climatización.
- Ruido de rotación que es efectuado por los ventiladores,
y proviene del trabajo realizado por la hélice sobre el aire. El ruido
de rotación se caracteriza por la concentración de energía en tonos
puros.
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