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sábado, 7 de abril de 2012

Cómo optimizar el uso del aire Acondicionado

 
 
Cómo optimizar el uso del aire Acondicionado


Lo ideal sería evitar el uso del aire acondicionado, esto se lograría con una arquitectura de mucha masa, de pocas y sombreadas ventanas, permitiendo además ventilación cruzada y con alturas de piso a cielo de por lo menos 3mts., como aquella arquitectura de la primera mitad del S.XX.  Esto obviamente complicaría la situación de invierno, pero calentar en general, es en todo caso más barato que enfriar. Por otro lado, en climas más bien seco como el de Santiago, se hace más simple enfriar, pues el aire tiene poca masa, prácticamente no se recalienta; en estos lugares basta con estar a la sombra y con el aire mínimamente  en movimiento.
Hoy en día se hace lo opuesto, es decir: mucha transparencia (nula protección solar), sin posibilidad de abrir las ventanas (ventilación natural no existe), poca masa (la disponible de la estructura es anulada con alfombras o pisos de madera, además de los cielos falsos y tabiquerías) y no se cuenta con grandes alturas interiores. Con todo esto se hace imprescindible el uso del aire acondicionado, en realidad estos sistemas “salvan” la arquitectura, pero se lo logra con grandes consumos de energía y costos para siempre. Cabe destacar que esta modalidad constructiva tiene la ventaja de que: es rápida de construir, más económica, de mejor comportamiento sísmico y permite plantas libres.
Retomar la arquitectura inicialmente descrita ya es poco probable (lenta, costosa, de baja eficiencia de plantas y de altura total edificada), pero la recomendación es tomar ciertos principios.
Esto es: seguir con el sistema constructivo actual en general, pero con vanos más controlados en tamaño y con protección solar exterior (ni el mejor vidrio es capaz de “frenar” el sol, como lo hace una barrera opaca), en donde sus ventanas se puedan abrir (en muchos casos se enciende el aire acondicionado para sacar aire viciado y bajar uno o dos grados la temperatura, cosa que abriéndolas se solucionaría el problema). Emplear pisos como cerámicos, piedras o porcelanatos de tonos claros, o bien, dejar los hormigones tipo pulidos. Los cielos dejarlos a la vista o terminarlos con materiales microperforados, para que la losa tenga contacto con el ambiente interior (todos para absorber calor), y finalmente, algo no del todo utilizado en el país: ventilar forzadamente y de noche los interiores. En los climas secos, por lo ya comentado antes, el aire exterior es bastante fresco de noche, pues no tiene masa suficiente para retener calor. En Santiago, en pleno verano esta temperatura es de aproximadamente unos 10ºC en promedio, ideal, sobre todo para los fines de semana asoleados en donde el aire acondicionado no se enciende. Asi los lunes en la mañana el interior está fresco y no es necesario el uso del aire acondicionado. Algunos edificios nuevos encienden el sistema de enfriamiento los domingos en la tarde para evitar este inconveniente, con lo cual obviamente se hace más costoso.
Con todo lo anterior, no se eliminaría el sistema de refrigeración, pero su uso de seguro será menor y su vida útil de los equipos será mayor. En general estos sistemas actualmente se emplean para corregir errores de diseño y no para mejorar el clima. 
 
 
 

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