El cultivo en invernaderos permite producciones de
calidad y mejor rendimiento, para ello es necesario dotarlos de
tecnologías que logren una óptima climatización.
Desde hace tiempo, agricultores
han instalado equipos en sus invernaderos que permitan la
automatización de ventilaciones, radiómetros indicando el grado de
luminosidad, equipos de calefacción y muchas otras tecnologías.
El desarrollo de cultivos, está condicionado por cuatro factores: temperatura, humedad relativa, luz y dióxido de carbono (CO2).
Para que las plantas puedan realizar sus funciones es necesaria la
conjunción de dichos factores dentro de límites mínimos y máximos, fuera
de los que las plantas cesan su metabolismo, pudiendo morir.
Dentro de estos, la temperatura es el aspecto más importante a
considerar dentro de un invernadero, ya que influye en el crecimiento y
desarrollo de las plantas siendo la óptima entre 10 y 20°C. Sin
embargo, cada cultivo tiene necesidades y condiciones propias.
Humedad relativa (HR): Es la masa de agua en unidad de
volumen, o de aire. A elevadas temperaturas, aumenta la capacidad de
contener vapor de agua y disminuye la HR. A temperaturas bajas, la HR
aumenta y al igual que la temperatura existen frutos con preferencias en
HR.
Iluminación: A mayor luminosidad en el interior del invernadero se debe aumentar la temperatura, la HR y el CO2 para que la fotosíntesis sea máxima. Por el contrario, si hay poca luz pueden descender las necesidades de otros factores.
Dióxido de Carbono (CO2): En la atmósfera, el CO2
es la materia prima imprescindible de la función clorofílica de las
plantas. El enriquecimiento de la atmósfera del invernadero con CO2 es muy importante en muchos cultivos.
¿Qué pasa cuando hace frío?
Cuando arriban las temporadas invernales, es necesario
utilizar calefacción, ya que de lo contrario puede perderse el cultivo.
Se debe evitar la salida de calor empleando pantallas térmicas cuyo
uso permita mantener entre 2 y 4°C, apoyándose de calefacción por agua o
aire caliente.
El calor cedido por la calefacción puede aportarse al
invernadero por convección (al calentar el aire) o por conducción (si
se localiza la distribución del calor a nivel del cultivo). Los
diferentes sistemas de calefacción aérea o de convección pueden
clasificarse en: tuberías aéreas de agua caliente, aerotermos,
generadores de aire caliente y distribución del aire en mangas de
polietileno.
Los sistemas de distribución de calor por conducción se basan
en tuberías de agua caliente, las diferencias entre ellos se
encuentran en la temperatura del agua y en el suelo a nivel de cultivo,
tuberías enterradas y banquetas.
Algunas otras medidas para el frío son el uso de las
pantallas térmicas, elementos que se extienden a modo de cubierta
sobre los cultivos, teniendo como principal función variar el balance
radiativo desde el punto de vista fotosintético como calorífico. Su uso
consigue incrementos productivos de hasta 30%, por la capacidad de
gestionar el calor recogido durante el día para esparcirlo y mantenerlo
durante la noche. Las pantallas térmicas pueden emplearse para
protección exterior o interior.
¿Qué pasa si hace calor?
La climatización de invernaderos en periodos cálidos tiene
los mismos o quizá hasta más detalles que cuidar, ya que el sol como
acto natural hace que los cultivos de sequen y marchiten. El reducir la
temperatura es uno de los mayores problemas de la horticultura
protegida en climas cálidos y para contrarrestar el problema se
utilizan sistemas refrigerantes.
Existen cuatro factores fundamentales que permiten reducir la
temperatura: reducción de la radiación solar que llega al cultivo
(blanqueado, sombreado, etc.), evapotranspiración del cultivo,
ventilación del invernadero, refrigeración por evaporación de agua
(nebulización, “cooling system”, etc.).
- Técnicas de sombreo: Se basan en cortar más de lo
conveniente el porcentaje de radiación fotoactiva, dividiéndose en dos
tipos: estáticos que sombrean al invernadero de manera constante, sin
posibilidad de regulación o control y dinámicos que permiten el control
más o menos perfecto de la radiación solar en función de sus
necesidades climáticas.
- Encalado: Se basa en el blanqueo de paredes y cubiertas del invernadero a base de carbonato, cálcico o cal.
- Mallas de sombreo: Suelen ser de polietileno, polipropileno,
poliéster o derivados acrílicos situados al exterior del invernadero,
para que la reducción de la temperatura sea más efectiva.
- Ventilación: Renovación del aire dentro del invernadero. Al
renovar el aire se actúa sobre la temperatura, humedad, y contenido en
CO2, y el oxígeno que hay en el interior del invernadero. La
ventilación puede hacerse de forma natural mediante un sistema de
ventanas o forzada con extractores.
- Refrigeración por evaporación de agua: radica en dos
sistemas; nebulización fina (Fog System) que distribuye en el aire
partículas de agua líquida de tamaño próximo a 10 micras. Debido al
tamaño de las partículas, su velocidad de caída es muy pequeña, y
permanecen suspendidas en el aire del invernadero el tiempo suficiente
para evaporarse sin llegar a mojar los cultivos. La pantalla
evaporadora (Hidrocooling o Cooling System), hecha de material poroso
que se satura de agua con un equipo de riego, es situada a lo largo de
todo el lateral o un frontal del invernadero. En el extremo opuesto se
instalan ventiladores eléctricos, y el aire pasa a través de dicha
pantalla. Esto se traduce en sistemas integrales de control climático
basados en la centralización de un conjunto de sensores que recogen las
variaciones de los distintos parámetros respecto a unos valores
programados inicialmente. La pequeña estación meteorológica registra
valores de temperatura exterior e interior, humedad relativa, velocidad
del viento, iluminación, que pueden ser conectados a sistemas de
fertirriego y regulación climática pudiendo funcionar cada uno
autónomamente.
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