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El equipo básico en los almacenes frigoríficos
El equipo básico de un almacén frigorífico lo constituyen
bandejas de carga y montacargas elevadores de horquilla (figura 1), que
permiten apilar los productos hasta
una altura de 7 metros. Cuando los productos son sólidos o se hallan
contenidos en envases consistentes (mantequilla en barriles, aves en
cajones, carne en bloques), las bandejas o plataformas no necesitan
contar con apoyos en los ángulos, sino que se colocan directamente sobre
las capas de mercancía. En los productos contenidos en envases poco
sólidos o con los productos congelados y sin envasar es necesario, en
cambio, utilizar piezas de apoyo que se adosan a las bandejas. Mientras
que las dimensiones de las bandejas han sido fijadas internacionalmente
en 800mm x 1,200 mm, existen muchas diferencias en lo referente a altura
de carga de las mismas. Ello es resultado del deseo de acomodar la
altura de las pilas a la altura útil de las naves. La altura de carga de
una bandeja está fijada en el Standard en 1250mm bruto, lo que
corresponde a la altura de capas de cajas estandarizadas más la altura
de la bandeja. Últimamente se utilizan bandejas de 1650mm de altura (6
pisos de cajas), que se adaptan de manera óptima para aprovechar el
volumen de carga de los vehículos de transporte y vagones frigoríficos.
Para
el almacenado de productos intermedios (frutas y verduras congeladas y
sin envasar) se utilizan contenedores de bandejas. En algunos países se
fabrican estos contenedores en forma de cajones de madera con base que
corresponde a una bandeja. Utilizando estos contenedores no es preciso
emplear los reforzamientos de las pilas normales. Antes de ser cargados,
los contenedores se cubren generalmente con un saco de polietileno de
dimensiones adecuadas. La capacidad de una bandeja oscila entre 600 y 1,200 kg (media de 750 kg).
También se utilizan con frecuencia creciente fundas de hoja encogible
en las unidades de carga de bandejas. Con ello se han construido a tal
fin túneles especiales de encogido. La aplicación del calor necesario
para lograr la retracción de la lámina se realiza en pocos segundos
(exclusivamente por convección). No se registra ningún aumento de la
temperatura del artículo congelado.
Actualmente se acentúa la tendencia a sustituir las bandejas de madera
por bandejas de plástico. Estas bandejas tienen diversas ventajas. Son
inertes a las acciones externas (humedad, sol), no absorben olores, se
pueden limpiar con facilidad y tienen peso constante. Si se tiene en
cuenta la carestía de madera en general y las ventajas mencionadas, hay
que contar en el futuro con el empleo creciente de bandejas de plástico.
Con el sistema de bandejas se acorta sustancialmente el tiempo de
maniobra de mercancías. Además, este procedimiento tiene la ventaja
(aparte de la racionalización de las operaciones de carga y apilado) de
una gran unidad de carga está mucho menos expuesta al peligro de un
aumento de temperatura durante
las maniobras de las mercancías, tanto por la menor duración de los
trabajos, como por la mayor densidad alcanzada por los artículos en
dicha unidad de carga. Así mismo merece destacarse el hecho de limitarse
sustancialmente las operaciones manuales a bajas temperaturas. La
altura máxima de las bandejas cargadas no debe ser superior a 1,940mm
(altura de las puertas de los vagones).
En los almacenes frigoríficos en superficie, el sistema de bandejas se
aplica a todos los artículos envasados. Colocando en bandejas los
cuartos y medias canales de carne, disminuye el aprovechamiento del
volumen de depósito. El apilado de la carne a granel utilizando el
adecuado equipo auxiliar, particularmente en alturas sobre los 5m, no
ofrece ningún peligro, pero requiere mucha mano de obra.
En la actualidad entra la técnica de apilado en una nueva etapa,
caracterizada por los depósitos hasta de 7-10m de altura. En estos casos
hay que utilizar apiladoras especiales con mástil telescópico y
horquilla giratoria capaz de funcionar en un pasillo de 1.7m de anchura.
Las naves-almacenes de estas alturas se utilizan exclusivamente para depositar grandes cantidades de mercancías de la misma clase.
Dada la actual mecanización del transporte en el interior de los
almacenes frigoríficos, tiene gran importancia la correcta ordenación de
las puertas. En un moderno almacén frigorífico, el número
de puertas es muy inferior al existente en las edificaciones
tradicionales de esta clase; sin embargo, las especificaciones de estas
puertas son mucho más exigentes. Particularmente prácticas son las
puertas correderas de dos hojas. Las puertas de funcionamiento mecánico
deben contar con marcos calentados, para estar siempre en buen servicio.
El sistema de calentamiento suele gobernarse con un termostato. El
claro de la puerta debe tener una altura que permita el tránsito sin
impedimento de la vagoneta de horquilla con la carga de bandejas. Como
mínimos se citan 1.8m de anchura y 3.0m de altura.
Actualmente se vienen utilizando puertas con corredera de dos hojas
(Figura 2). La experiencia hasta ahora acumulada indica que los más
adecuados son los sistemas automáticos electrificados, gobernados
independientemente para cada puerta (gran velocidad de deslizamiento,
estabilidad frente a oscilaciones considerables de temperatura, escasa
inercia). Los sistemas automáticos hidráulicos y neumáticos son menos
útiles. En las puertas con aislamiento
que dan acceso a locales con baja temperatura se utiliza generalmente
un sistema de calentamiento eléctrico, regulado con termostato, de la
superficie de contacto puerta-marco, para evitar la formación de hielo y
congelación de la puerta.
Tiene cierta utilidad en la disminución de las pérdidas de calor la
instalación adicional de puertas suspendidas de hoja de plástico, de
tiras colgantes de tela, etc. Estos ingenios tienen un evidente efecto
protector cuando
se abren las puertas, pero ocasionan también algún embarazo en el
servicio (limitan la visibilidad, ensucian las mercancías, desarrollan
efectos de roce, etc.)
Cuando el tránsito de mercancías es grande, la mejor solución está en
las llamadas “barreras ó cortinas” de aire (figuras 3a y 3b). Estas
barreras de aire reducen en un 60 a 70% la entrada de aire caliente con
las puertas abiertas (permitiendo a la vez una visibilidad y seguridad
de movimientos completas), su uso, eficacia y confiabilidad están
ampliamente probados debido en gran parte a su bajo costo y excelente desempeño lo que garantiza la retención de la temperatura en el almacén frigorífico.
La creciente proporción del transporte de mercancías en vehículos
especiales y contenedores refrigerados (figura 4) han inducido a
inventar nuevas soluciones en forma
de mamparas de carga extensibles (telescópicas) que comunican de forma
inmediata y hermética las naves de manipulación del almacén frigorífico
con la puerta de carga del vehículo hasta una distancia de 5 metros y
ser mantenidas en la posición deseada. La anchura y altura de las
mamparas, fabricadas en serie, alcanzan hasta 3 metros. Este sistema
permite también refrigerar de forma inmediata y económica el espacio
destinado a la carga del vehículo de transporte a expensas del frío del
almacén frigorífico.
Buen articulo, se ve que fue redactado por buenos técnicos en refrigeración.
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